Juliana me había escrito muy preocupada. Se estaba divorciando, sus hijos estaban a punto de irse de la casa familiar para estudiar en otra ciudad, y como si todo eso fuera poco, había empezado a preguntarse si el trabajo que tenía -una posición en una multinacional donde había estado más de 10 años- era lo que realmente quería hacer.
Su foco había estado puesto muchos años en su familia. Pero ahora que su familia se desarmaba, su estructura completa tambaleaba, y había empezado a cuestionarse varios aspectos de su vida.
Se sentía rara. Se sentía como un volcán a punto de hacer erupción. Como una olla a presión a punto de estallar.
Su mayor miedo era qué iba a pasar cuando eso sucediera.
Sabía que necesitaba cambios, pero no tenía idea por dónde arrancar. Quería reinventarse de algún modo, pero los desafíos la abrumaban. Los riesgos que pensaba que tendría que asumir le generaban mucha incertidumbre. Y la paralizaban.
Juliana podría ser cualquiera de las personas con las que trabajo. Representa a aquellos que llegaron a un punto de su vida en el que necesitan reinventarse.
Muchas veces, esta necesidad es gatillada por grandes acontecimientos personales, familiares o laborales, como la pérdida de un ser querido, nacimientos, mudanzas, divorcios, viajes, epifanías o despidos.
Otras veces, son la consecuencia de múltiples episodios que, con un efecto acumulativo, van forjando una nueva realidad.
Las razones son múltiples, pero en general están siempre asociadas a las mismas emociones: miedo, insatisfacción, aburrimiento, inquietud, hartazgo.
Con este panorama, ¿qué conviene hacer?
¿Me quedo esperando a que se me pase? ¿O busco proactivamente hacer algo?
Mi recomendación es que busques hacer algo. Porque si estás en esta situación y no hacés nada, si te conformás, es muy probable que en un tiempo se te pase. Pero esta inquietud interior volverá a aparecer. Y será cada vez con más fuerza.
Aquí te cuento 5 estrategias para tomar el toro por las astas y reinventarte.
Tengas la edad que tengas. Sea el momento de la vida en el que estés.
Damos un montón de cosas por sentado, y pocas veces nos detenemos a observar qué estamos pensando sobre un determinado tema, qué historia nos contamos sobre cierta situación.
Tony Robbins dice que una opinión, con el tiempo, se transforma en una creencia. Y que una creencia, con el tiempo, se convierte en una convicción.
Cuestionate todo.
Por ejemplo, ¿cuáles son las convicciones que tenés sobre el paso del tiempo? ¿Creés que si ya tenés cierta edad se te pasó el tren? ¿Y eso dónde lo aprendiste, quién te lo dijo?
Muchas veces, ya no coincidimos con ciertas ideas que tuvimos en el pasado, pero nunca nos detenemos a reflexionar sobre eso, y terminamos asumiendo que las cosas son así. Las naturalizamos.
¿Qué opción tenés entonces?
Desafiate a vos mismo y a tus creencias. Porque esas convicciones, muchas veces, pueden ya no tener sentido para vos. Y así y todo, pueden estar limitando tu potencial.
Y si querés saber más sobre el origen de las reglas que nos frenan, podés ver este artículo donde hablo específicamente sobre esto.
Si estás pensando en reinventarte es muy probable que hayas vivido la vida hasta este momento no siendo 100% quién de verdad sos.
Quizá tuviste una carrera que no era la que amabas, pero era la que tus padres te recomendaron, o la que pensabas que te iba a dejar más dinero para mantener a tu familia.
Tal vez tuviste que resignar tus sueños para cuidar a alguien más, o para ayudar a tu marido a completar sus estudios, o a para acompañar a tu mujer en su carrera internacional.
Cualquiera sea la causa, pudo haberte pasado que la vida te haya desviado de tu Magia. Nos pasa a la mayoría.
Tu Magia es un kit de herramientas únicas que tenés, y muchas de ellas "vienen de fábrica". Naciste con esos talentos, los tenés desde siempre, y de tan habituales es muy probable que ya no los veas. Se hicieron transparentes para vos.
¿En qué sos realmente bueno? ¿Qué te encanta hacer? ¿Qué te piden tus amigos que hagas por ellos? ¿Qué te mantiene despierto hasta las 3 de la mañana? Por allí hay pistas de tu Magia única y personal.
Una ejecutiva que vino a uno de mis cursos se sorprendió cuando sus amigas elogiaron sus aptitudes culinarias como parte de su Magia. No entendía cómo podían pensar que eso era algo especial, porque aunque no lo sabían, la torta que tanto admiraban era un preparado en polvo que se vende en cajita en el supermercado.
Al indagar un poco más, supimos que la torta no la sirve asi nomás. Le agrega otras cosas, le suma ingredientes y crea un producto final muy superior al de la simple versión comprada.
Pero la historia no acaba ahí. Esa torta es parte del ritual de la amistad. Es el producto con el que ella siempre espera a sus amigas. "Siempre las espero con una torta", decía. Es un símbolo de camaradería, de cariño, de preocupación por el otro. De practicidad, de resolución, de resolver de manera eficiente y rápida algo que para otros podría ser muy complicado.
¡Claro que hay Magia allí!
Transformate en un ninja acechador de tu Magia. Convertite en un experto en vos mismo. Sé tu mejor amigo. Re descubrite y admirate.
Conocer lo que tenés para dar es un gran paso de tu nuevo camino.
¿Alguna vez te preguntaste qué es tener éxito para vos? Y no te hablo de lo que la sociedad llama éxito. Eso generalmente está asociado a tener fama, suerte y dinero.
Me refiero a lo que de verdad y PARA VOS es el éxito.
Yo no me lo había cuestionado jamás hasta que empecé a estudiar coaching.
Antes del coaching era híper exigente y demandante. Nunca nada era suficiente. Creía que tenía que ser perfecta en el trabajo, que tenía que ganar un montón de plata, que mi cuerpo tenía que ser el de una modelo para que me quisieran, que mi casa tenía que ser impecable para que fuera digna de ser visitada.
Pero claro, nunca nada era perfecto. Porque lo perfecto tampoco existe en el afuera. Lo perfecto era sólo una construcción de mi cabeza en base a lo que veía en el afuera, que era sólo una ilusión.
Cuando empecé a mirar para adentro y me encontré con mi versión del éxito, no tenía nada que ver con lo que había pensado hasta ese momento.
¿Qué es para vos tener éxito?
Preguntátelo. Cuestionátelo.
Velo. Escuchalo. Sentilo.
Podrias soprenderte. Porque tu verdadero éxito no está definido por lo que piensan o dicen los demás. No es lo que sale en las revistas. No son las historias del afuera.
Es tu propia mirada, esa que no estás mirando.
Si seguís dejando que los otros te digan qué es, es poco probable que alguna vez te sientas de verdad exitoso. Siempre te va a faltar algo, siempre vas a querer más.
Y aunque alguna vez sientas que finalmente lo lográs, no va a ser un verdadero éxito, porque es muy posible que ese éxito no sea un objetivo intrínseco tuyo, como explico aquí.
Soltá las definiciones del afuera y re-encontrate con lo que es el éxito para vos. Qué es lo que te importa, en serio. Qué es lo que de verdad, muy dentro tuyo, te haría sentir realizado. Sin exageraciones, sin comparaciones.
Definí tu versión del éxito y alcanzalo. Y ahí vas a triunfar de verdad.
Una de mis frases de cabecera era "estoy a mil", o "estoy a full". Que en Argentina equivale a decir que estoy muy, pero muy, pero muy ocupada.
Hoy, cuando alguien me dice eso, indago un poco más y casi siempre descubro que no se está priorizando.
Eso es exactamente lo que hacía yo antes. Ponía todo antes que yo. Incluso la definición de éxito de los demás, que me hacía trabajar el doble en todo.
El tema es que, a veces, estar muy ocupado se siente como sinónimo de ser muy importante. El problema es que, muy frecuentemente, esto hace que vayamos en piloto automático.
Y cuando vas en piloto automático no te escuchás. No sabés qué es lo que de verdad querés. No ves toda la Magia que tenés. No sentís lo único y especial que sos en el mundo, la persona interesante que sos.
Vos sos la persona más importante para vos.
Vos deberías ser tu mejor amigo.
Priorizate.
Cuando te priorizás, podés setear objetivos y cumplirlos. Podés hacer foco. Decís que no. Elegís lo que es para vos. Descartás lo que no te suma. Y ahí es cuando empezás a estar mucho menos ocupado.
Así que si estás a mil... priorizate.
Llegó el momento de hacerlo.
Ya sé lo que estás pensando: es demasiado tarde.
He escuchado a personas de 20 y pico con supuestos "buenos" trabajos y a personas de 60 con trabajos que detestan, diciendo exactamente lo mismo.
Siempre hay una excusa del afuera para no cambiar. Nos resignamos y chau.
¿Te cuento algo interesante? No sos vos solito. Tu cerebro hace lo suyo. Tu cerebro no quiere que cambies.
Es un montón de trabajo. Y al cerebro no le importa que seas feliz, al cerebro le importa que sigas vivo, como dice Bachrach.
Quiere ahorrar energía, quiere automatizar procesos, no quiere que lo hagas aprender cosas nuevas, es un montón de esfuerzo.
¿Para qué? Si ya sabés lo que tenés que saber y la vida así como está, está bastante bien.
Bueno, te tengo noticias: si tu vida estuviera tan bien, no habrías leído hasta acá.
La mayoría vivimos una vida que creemos que es para nosotros, hasta que un día nos damos cuenta que no es.
En general nos hacemos los distraídos varias veces, nos conformamos. Así nos suceden las crisis por décadas: la de los 30, la de los 40, la de los 50... hasta que de repente ese llamado se hace tan fuerte que no nos podemos hacer más los bobos. No podemos mirar más para el costado.
Si toda tu vida soñaste con ser profesionalmente alguien que no sos, si tu trabajo de hoy no tiene sentido y no te entusiasma, si sentís que estás para más y soñás estar haciendo otra cosa... no sueñes más.
La vida es tuya. Sos vos el / la que la vive.
¿La estás viviendo?
Desempolvá ese deseo que tuviste escondido tantos años y hacé algo con eso. Rescatate de las garras del olvido y animate a liberar tu potencial de una vez por todas, y para siempre.
Animate a vivir la vida que querés vivir, en tus propios términos. Trabajando en lo que amás, priorizándote, siguiendo tu propia definición de éxito, entregándole tu magia al mundo.
Sólo podrás hacerlo cuando te preguntes, cuando te cuestiones, cuando te escuches a vos mismo.
Porque para re-inventarte a cualquier edad, la clave está en re-descubrirte a vos. Ahí donde seguís estando, dentro tuyo.
Ya es hora de cobrar lo que vale tu talento. 😉