Muchos creen que iniciar un negocio es un proceso misterioso. Saben que quieren empezar algo nuevo, pero no saben cuáles son los primeros pasos.
Aquí vas a comenzar a delinear tu idea. Al terminar de leer este posteo, estarás ya en camino para entender exactamente qué es lo que querés hacer y, a partir de ahí, definir tus próximos pasos.
Antes de comenzar, una aclaración: es normal que nos cuestionemos si este es un buen momento para comenzar con una idea de negocio. La realidad es que nunca es mal momento.
Fundé mi primera empresa en el 2002, en plena crisis económica de la Argentina. Me habían despedido apenas un mes antes de mi trabajo corporativo por una reorganización interna, precisamente porque el país estaba en llamas y la empresa en la que trabajaba en aquel momento, Yahoo, estaba atravesando un momento difícil a nivel mundial. Por aquel entonces, ya tenía la fantasía del negocio propio, pero no me animaba a dar el salto. El destino me dio un empujón y me dejó sin más opción que atreverme.
Así fue que a los dos meses empecé a trabajar en algo nuevo que me entusiasmaba de verdad, una consultora especializada en experiential marketing, que me dio de comer a mí y a otras diez personas por casi diez años. Durante esta época me di el lujo de viajar por el mundo como nunca antes, de pasar todos los fines de año en una ciudad distinta con amigos, de organizar mi tiempo y mi agenda como quisiera y, sobre todo, de elegir con quien quería y con quién no quería trabajar. Un verdadero privilegio.
Es obvio por qué es inteligente lanzar en tiempos económicos fuertes. La gente tiene dinero y está buscando maneras de gastarlo. Pero el lanzamiento en tiempos económicos difíciles o inciertos puede ser igualmente inteligente. Si hacés los deberes, seguramente encuentres una necesidad para el negocio que querés empezar. Y como muchas personas evitan lanzar en tiempos difíciles, tu proyecto tiene mejores oportunidades.
Cada año empiezan a operar alrededor de 70.000 nuevas empresas en la Argentina, según datos del Ministerio de Producción. Pero por cada argentino que se anima, seguramente haya miles que arrancan cada año diciendo "OK, ¡este es el año que empiezo con mi nuevo negocio!", y después no pasa nada.
Cada quien tiene su propio obstáculo, algo que les impide dar ese primer paso. La mayoría tiene miedo de empezar. Quizá le tienen miedo a lo desconocido o al fracaso, o incluso al éxito. Otros sienten que van a meterse en algo abrumador, con la creencia equivocada que tienen que comenzar de cero. Piensan que tienen que llegar a algo que nunca nadie hizo antes. Un producto revolucionario, un servicio único.
Y excepto que seas un genio de la tecnología, un nuevo Steve Jobs, intentar reinventar la rueda es una pérdida de tiempo gigante. La mayoría de los que empezamos un nuevo negocio no necesitamos ir tan lejos.
Sólo se trata de respondernos algunas preguntas: "¿Cómo puedo mejorar esto?" o "¿puedo hacer esto mejor o de manera diferente de lo que se está haciendo?" o "cómo puedo ayudar a estas personas a transformarse en X aspecto". O simplemente "¿Hay espacio en este mercado para otro negocio en esta categoría?".
Podés tomar cualquier idea y personalizarla para lo que necesita el mercado del lugar en que vivís. Y sumá tu creatividad a cualquier concepto. Personalizar el concepto es imprescindible si querés que tu negocio tenga éxito.
Una de las mejores maneras de testear si tu idea tiene potencial es hablar con las personas que conocés. Contale tu idea de negocios a tus compañeros de trabajo, a tus colegas, a las mamás del colegio, a tus amigos. Probá tus ideas con tu familia o tus vecinos. No tengas miedo de que te la roben. Es muy poco probable. Discutí el concepto principal, no necesitás revelar todos los detalles de la ejecución.
Encontrar una idea de negocios en lo que te guste trabajar y que te haga ganar dinero no es física cuántica. Y no, ya sé que no es fácil comenzar un negocio, pero tampoco es tan complicado como algunos creen. Es un procedimiento donde hay que involucrar mucho al sentido común. De un paso a la vez.
Algunos te van a desalentar, te van a decir que es mejor no empezar tu camino emprendedor. Algunos te dirán que te lo dicen con la mejor intención, que sólo quieren que veas la realidad de las cosas. Otros envidiarán tu coraje. Otros estarán incómodos, porque sentirán que no tienen tu valor para empezar algo nuevo.
Si sentís que estás en el camino correcto, no permitas que los demás te disuadan. No suspendas tu viaje antes de arrancar.
Vas a escuchar muchas advertencias sobre el riesgo que implica empezar algo por tu cuenta. Van a decirte que es muy complicado iniciar tu propio negocio.
Y sí, implica un riesgo, pero todo en la vida implica cierto riesgo. Además, hay una diferencia entre los riesgos absurdos y los calculados. Si evaluás cuidadosamente lo que estás haciendo, buscás ayuda cuando la necesitás y nunca dejás de cuestionarte hacia donde estás yendo, podés achicar considerablemente la tasa de riesgo.
Definir qué querés hacer es la primera fase del proceso. Todavía tenés mucho por delante, mucho por investigar y probar. Es esencial que definas un nicho, pero eso ya formará parte de otro posteo.
Si sentís que precisás ayuda para definir tu idea de negocio y tu nicho, te invito a sumarte a Monetiza tu Magia, el curso de 6 semanas que apunta específicamente a eso y a sacar tus talentos de la transparencia, para encontrar ese mercado de personas que serán tu cliente ideal y que pagarán por tus servicios lo que valen.
Y si querés resultados aún más rápidos, podés tomar una sesión de Coaching VIP conmigo, donde armaremos un programa específico para vos, en base a tus necesidades y tus intereses.
Pero lo más importante es: hacelo. Que no pasen los meses, lleguemos a un nuevo fin de año y otra vez digas "Este es el año en que voy a arrancar con mi negocio!". Y vuelva a no pasar nada.
Hacelo ya. No sigas demorándolo.
Tu año es este.
Ya es hora de cobrar lo que vale tu talento. 😉