Para mí el miedo no es un tema menor. Cuando hace unos años me formé como coach, tuve que enfrentar muchos miedos durante el proceso de aprendizaje. No sabía que tenía tantos, ni que me visitaban tan seguido.
Me di cuenta que tenía muchos pensamientos relacionados con el miedo a lo largo del día. Muchos eran miedos chiquitos, casi imperceptibles. Pero otros eran miedos extra large, miedos monstruo, que ocupaban un montón de espacio en mi mente. Y aunque estaban ahí todo el tiempo, antes no los había visto.
Yo me creía una mujer con pocos miedos. Pero los miedos estaban ahí, indiscutiblemente. Lo que me faltaba era distancia mental y emocional para verlos. Me faltaba registro corporal para sentirlos. Estaba tan pegada que los miedos eran como el aire. Los tenía alrededor pero no los registraba.
Entender el rol que juegan los miedos al comenzar un negocio (al emprender cualquier proyecto en realidad) fue la pieza que me faltaba en el rompecabezas para terminar de delinear mi programa Monetiza tu Magia. Porque por mi experiencia con emprendedores y con empresarios sabía que el miedo era un freno importante en el desarrollo de los negocios. Pero no tenía idea sobre cómo apuntalar a mis clientes en ese aspecto.
¿Sabías que el 66% de los negocios fracasan no por motivos externos (del mercado o intrínsecos del productos, por ejemplo), sino por cuestiones internas del emprendedor? Es decir, la mayoría de los negocios fracasan por la mentalidad del empresario.
Y sin embargo, las escuelas de negocios y los programas de marketing para emprendedores rara vez tratan el tema de la mentalidad como parte de su currícula.
Investigaciones señalan que tenemos entre 20.000 y 80.000 pensamientos por día. Un montón.
Y de esos pensamientos que tenemos, 80% son negativos y están relacionados con algún tipo de miedo.
Pero ahí no termina todo: el 95% son repetitivos. Somos rumiantes mentales.
El miedo es el mayor bloqueo al que nos enfrentamos cada vez que iniciamos un negocio, cada vez que nos movemos hacia adelante.
Pero entonces... ¿está mal tener miedo? ¡Claro que no! Los humanos sobrevivimos como especie porque tenemos la capacidad de organizarnos y de generar realidades a través del lenguaje, y porque nos adaptamos mejor que otras al entorno. Y el mecanismo de preservación esencial es el miedo.
El miedo tiene una función protectora. Está por algo. Está bien tener miedo.
Lo que no nos sirve es no reconocer ese miedo. No entender qué nos viene a contar, cómo lo podemos aprovechar. No saber qué vamos a hacer con ese miedo, cómo vamos a acompañar su movimiento para que en vez de frenarnos, o hacernos atacar, o movernos a escapar, aprovechemos el impulso que nos trae.
Si ya se despertó algo en vos que te dice que la vida es más que un trabajo de 9 a 18, si no te conformas con tener X cantidad de vacaciones de acá al futuro, si interiormente sentís que tenés más para regalarle al mundo que este trabajo sin propósito que tenés hoy, hay formas de trabajar el miedo que te lleva a quedarte donde estás.
Buscá ayuda. Trabajá con un coach. Seteá objetivos y prepará un plan. Hacé mi mini curso gratuito vía email Reconecta Contigo.
Mi programa Monetiza tu Magia también te puede ayudar.
El primer paso es el más difícil, el que da más miedo. A partir de ahí, vas ganando seguridad y claridad, el camino se hace cada vez más nítido. Y si agarrás de la mano a la audacia y se van acompañando, los miedos están y aparecen, pero no te frenan nunca más.
La decisión es tuya. ¿Te animás a vivir el resto de tu vida haciendo lo que te gusta, en un trabajo con sentido, que te haga levantarte feliz de la cama todos los días?
Acordate. Las mejores cosas de la vida están del otro lado del miedo.
Ya es hora de cobrar lo que vale tu talento. 😉